¡Comienza el Verano! Celébralo con esta Receta
El verano ya está aquí, y con él vienen los días largos, calurosos y llenos de sol. Esto nos invita a buscar nuevas formas refrescantes y deliciosas para disfrutar del calor. ¿Y qué mejor manera de refrescarse que con un helado? Sin embargo, no hablamos de cualquier tipo de helado, sino de uno que te sorprenderá con su sabor: el helado de vino tinto.
A continuación, te enseñaremos cómo realizar esta refrescante receta. Este helado de vino tinto te ofrece una nueva forma de disfrutar el vino, creando una experiencia única que eleva el tradicional postre a nuevos niveles de sabor. El vino tinto, con su complejidad y riqueza de matices, se convierte en el protagonista de este delicioso postre, perfecto para una cena especial o una tarde de verano.
Este verano, date el gusto de probar algo diferente y sofisticado con nuestro helado de vino tinto. Olvida las opciones convencionales y atrévete a descubrir esta fusión. ¡Vamos a por la receta!
¿Qué necesitamos?
Para preparar este helado de vino tinto, necesitaremos los siguientes ingredientes:
- 500 ml de vino tinto (en nuestro caso te recomendamos nuestro Plaza de las Flores)
- 200 ml de nata para montar
- 200 ml de leche entera
- 150 g de azúcar
- 4 yemas de huevo
- 1 vaina de vainilla o una cucharadita de extracto de vainilla
- Una pizca de sal
¡Manos a la Obra!
Reducción del vino
Lo primero que vamos a hacer es reducir el vino para concentrar su sabor. Para ello, vierte los 500 ml de vino tinto en una cacerola y caliéntalo a fuego medio hasta que se reduzca a la mitad. Esto te tomará unos 15-20 minutos. Debes remover ocasionalmente para evitar que el vino se pegue a la cacerola. Una vez reducido, retíralo y deja que el vino se enfríe a temperatura ambiente.
Mezcla la Leche y la Nata
Mientras el vino se está reduciendo, en otra cacerola, combina la nata para montar y la leche entera. Abre la vaina de vainilla y raspa las semillas para añadirlas, o también puedes añadir el extracto de vainilla. Calienta a fuego medio hasta que comience a hervir ligeramente. Una vez que empiece a hervir, retira la cacerola del fuego y deja que infusione durante unos minutos.
Prepara las Yemas
En un bol grande, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla esté pálida y espesa. Esto te tomará unos 2-3 minutos. La textura debe ser suave y la mezcla debe caer en forma de cinta cuando levantas el batidor.
Integra las Mezclas
Poco a poco, vierte la mezcla caliente de leche y nata sobre las yemas batidas. Deberás remover constantemente para evitar que las yemas se cocinen. Una vez que todo esté bien combinado, vuelve a echar la mezcla en la cacerola y cocina a fuego lento, removiendo constantemente, hasta que espese. Este paso deberá de tomar entre 5 y 7 minutos y es importante que no dejes que la mezcla hierva.
Añade el Vino Reducido
Una vez la mezcla haya espesado, retírala del fuego y añade el vino tinto reducido. Mezcla bien hasta que esté completamente integrado.
Enfría tu Mezcla
Después deberás de retirar la mezcla y dejar que esta se enfríe a temperatura ambiente y luego cúbrela con papel film, debes de asegurarte que el film toque la superficie de la mezcla. Refrigera durante al menos 4 horas o, preferiblemente, toda la noche.
Mantecación
Una vez que la mezcla esté bien fría, vierte la mezcla en un recipiente apto para el congelador y congélala. Para evitar que se formen cristales de hielo y obtener una textura más cremosa, deberás de remover cada 30 minutos durante las primeras 2-3 horas. En caso de que cuentes con una máquina de hacer helados, puedes verter la mezcla en la máquina para hacer helados y sigue las instrucciones del fabricante.
¡A Disfrutar!
Cuando el helado esté listo, sírvelo y disfruta de su sabor único y refrescante. Puedes acompañar tu helado con frutos rojos frescos, hojas de menta o incluso una pizca de chocolate rallado para darle un toque extra de sabor.
Algunos consejos
- Experimenta con sabores: Puedes añadir otros sabores a la mezcla, como un toque de canela o cáscara de naranja, para personalizar tu helado.
- Servir inmediatamente: El helado de vino tinto es mejor cuando se sirve inmediatamente después de la mantecación, aunque puedes mantenerlo en el congelador por unos días.
- Maridaje: Este helado marida perfectamente con postres de chocolate, tartas de frutas o simplemente solo para apreciar su sabor único.
- Textura Cremosa: Para un helado aún más cremoso, puedes añadir una cucharada de miel o jarabe de maíz a la mezcla antes de congelarla. Esto ayudará a reducir la formación de cristales de hielo.
Comparte tu Experiencia con Nosotros
Si has realizado esta receta, nos encantaría ver cómo te ha quedado tu helado de vino tinto. Comparte tus fotos y comentarios con nosotros. ¿Tienes algún consejo o variación que te haya funcionado? ¡Nos encantaría saberlo!